domingo, diciembre 17, 2006

Trajes de reserva




Es lo que tiene el fútbol de hoy en día. Las televisiones y las casas comerciales mandan. Pero, ¿no es una animalada meter un partido de fútbol a las 10 de la noche en pleno invierno y entre semana? Y no, no es sólo una vez, no, es todo el año. Por supuesto, los sábados también a las 10. Así conseguiran que se vacien los campos poco a poco.
Pero a lo que iba, el tema de los uniformes de reserva. Antes, los equipos salían a jugar con su primera equipación en casi todos los campos de primera. El Barça nunca se cambiaba, solamente en Europa. El Madrid un poco más a menudo, porque coincidía con más equipos blancos; pero es que hoy en día se cambian siempre. Antes, si podian arreglarlo cambiando los pantalones, ya estaba solucionado. Ahora no, basta q el pantalon tenga una rayita del color de la camiseta del contrario para cambiarse. En la época de Luis Sitjar, el Mallorca recibía a los grandes y éstos venían con su equipaje de gala. El partido tenía más solera. Hoy por hoy, en Son Moix, viene a jugar el Barça y se pone de fosforito, de marroncito o de verde, que aparte de que son incómodos de ver, parece que son cualquier equipo menos el Barça.
Otro caso, el Atlético de Madrid, ¿cuantos años hace ya que no vemos camisetas rojiblancas en Palma? Hemos visto azules y amarillas, azules y blancas, pero la original la dejan para el Calderón.
Por lo menos, el Madrid siempre jugará de blanco, pero gracias a que el Mallorca lleva pantalón negro, que si no....
Y el Mallorca, pues lo mismo, cuando va a Valencia, se tiene que poner el pantalón blanco (esto es por normativa federativa, ya q no pueden coincidir pantalones del mismo color), pero cuando va al Calderón y al Nou Camp, ale, de blanco. Todo por la venta de camisetas. Queda ya muy lejos en el tiempo aquellos partidos contra Osasuna y Murcia. Eran los únicos equipos con los que nos veíamos obligados a cambiar de camiseta, y por motivos obvios.
Por cierto, ayer jugamos contra el Racing de Santander, que viste camiseta blanca y pantalón verde; bien, pues salió a jugar vestido igualito que el betis, a rayas blanquiverdes y pantalon blanco. Como veis, coincidian todos los colores, eran dos trajes calcados. Eso sí, el puñetero trajecito éste les dió suerte. Si para ganar hay que cambiarse de camiseta, entonces me callo.

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